¡Amo a mis perras!

Mis perras no son mis hijas, pero para ellas si soy su papá

Con éste título doy apertura a un tema de mucha controversia, los llamados "perrhijos."

Te soy sincero, antes lo pensaba, pero desde que descubrí que decirles así es humanizarlos y causarles daño, lo dejé de hacer, les di su lugar como perro, para ellos, nosotros somos parte de la manada.


También son las primeras que tengo y eso me ha hecho crear un vínculo con ellas muy grande, muchos consideran que un perro debe estar en el patio, que es para cuidar, que sólo come y si tiene jardín ya no sale. Pero NO, ellos nos consideran de su manada, o sea nos dan nuestro lugar y hacen lo posible por estar con nosotros, me han pedido adiestramientos de guardia y protección, pero me he negado, porque un perro no debe ser agresivo, un perro si se le da amor y cuidados te cuidan acapa y espada sin pensarlo, lo he comprobado. A mis perras les trato de dar lo mejor, desde la alimentación, viven en mi casa y duermen conmigo, muchos dirán que es antihigiénico o malo, yo digo que es algo maravilloso vivir con seres tan nobles y que cada que me acuesto  y están ahí siento una paz inmensa, tanto con las mías como con los perros que he tenido que cuidar.

Cada perro tiene algo que enseñar y si se aprende, los perros son para tratarlos con amor, porque ellos hacen lo mismo, no para maltratarlos, tenerlos en un patio, amarrarlos, etc. Los perros nacen como nosotros sin maldad, pero si no les damos la adecuada atención y cuidados, obviamente se van a volver agresivos y maleducados, de igual manera si existe la sobreprotección no se saben valer por sí mismos. Aún me falta aprender, pero con lo que he aprendido me ha servido mucho para entender éste maravilloso mundo.

Con ellas he vivido alegrías, tristezas, aventuras, enfermedades, el día a día de verlas bien, de darles libertad en la naturaleza, de cuidar cada paso que dan, de ver su felicidad al correr, brincar, oler, simplemente ser perros, eso es algo maravilloso que es muy difícil explicar, muchos me han dicho si quiero más a mis perros que a mi familia o ciertas personas, yo solo digo que es algo muy distinto, son cariños distintos que pocos entienden y si les doy atención a ellas, pues es por el vínculo que se crea, porque a eso me dedico y porque su vida es más corta que la nuestra, no quiero pensar el día que eso llegue, porque sé que voy a sufrir demasiado, se que tiene que pasar, pero quisiera no llegara ese día.

Cada una de ellas me ha enseñado algo y han llegado con distintas circunstancias.

 Korunda 

La primer perrita que llegó a mi vida, sus dramas que hacía por no dejarla sola, con ella nació ésta inquietud de aprender sobre el tema de los perros.

Fueron dos años con ella solamente, lo cual el primer año por cuestiones laborale no podía estar mucho tiempo con ella, pasado ese tiempo, fue más fácil estar con ella y así ir pudiendo convivir, enseñar y aprender.




Hera

La segunda de la manada, con una displasia en el codo, que me hizo querer aprender a cuidarla, busqué muchas opciones para que estuviera bien, hasta que encontré a un veterinario homeópata el cual la levantó de su mal y así ha sido siempre. 

Con ella aprendí más del adiestramiento, las flores de Bach y encontré un grupo de amigos los cuales me han apoyado mucho.


Waffle


La pequeña adoptada, la cual estaba en un supuesto centro de ayuda, estaba en los huesos, con un miedo a todo, sufría maltrato y poco sociable. 

Ahora es otra perra, me cuida mucho, es feliz, corre, brinca, juega y me enseña que no todo está perdido, siempre hay una esperanza, su amor es muy grande y me aflige el pensar que un ser tan noble pudo haber sufrido estando en la calle y maltratos.


Chía

La pequeña que aventaron a la casa de una amiga y que en mi familia nos compadecemos de  ella y llega a nuestras vidas.

Con su  agilidad, energía y cariño, se ha acoplado a Waffle para jugar y correr.

Es una perrita con mucho amor y agradecimiento.



Ellos saben quien los quiere, quien los cuida, quién les dió otra oportunidad se amar, con Waffle pudo haber sido una perra agresiva, pero no fue así, con amor y cuidados se volvió muy fuerte y noble, si es miedosa y sobre todo me cuida mucho, pero de ahi a que sea agresiva, no lo es.

Mi manada ha sido una gran lección de vida, un gran aprendizaje y una puerta a sentir otras experiencias, otras perspectivas y a seguir buscando su bienestar y seguir preparándome para darles los mejor a ellas y a los peludos que lleguen a mi.

Por ellas he conocido personas maravillosas, por ellas he vivido cerca de la naturaleza, cambiado mis hábitos, prepararme y ver qué es lo mejor para ellos, que no todos los métodos de adiestramiento son buenos, que no todas las personas que tiene perros los saben cuidar, que no todos tienen la misma visión y que a éste país le falta mucha cultura para entender que no somos iguales, pero tampoco superiores, que son seres vivos, magníficas compañías, dan más de lo que vemos y que no necesitan hablar para decirte te quiero, con sus cuidados, compañía, besos y el que llegues a casa y mueven sus colitas, que cada que sales se quedan esperando, el amor que ellos emiten es muy puro y grandioso.

Un perro es capaz de dar la vida por su dueño sin dudarlo.

Un perro a pesar de ser maltratado es capaz de volver a confiar y dar amor.

Un perro es agradecido siempre y espera lo mejor de su amo.

Un perro es un ángel sin alas, pero con cola y un gran corazón.

Un perro es un ser vivo que merece un trato digno.

Mis perras son mi familia, las considero mis semejantes porque sé que ellas así lo hacen, simplemente corresponder a lo que ellas me han enseñado, sin hablar me han enseñado mucho y cada día aprendo de ellas y los demás peludos que cuido. No creo que sea malo lo que siento por ellas, respeto la vida y respeto la oportunidad que me da la vida de tener estos ángeles a mi lado y lo que pueda hacer para su bienestar así será, su huella vaya que si me ha marcado en lo más profundo y en ellas no existe maldad, ni en ningún perro, el ser humano es quien se encarga de corromper esa nobleza.

Te aconsejo cuides a tu mascota y no dejes que nadie lo dañe, que si tienes un perro, te des la oportunidad de entender su gran amor, que el patio no es su hogar, que la familia vive en la misma casa, que el amarrarlos sólo causa sufrimiento, educalo con alguien que sepa y se preocupe por ellos.

Saludos

Psic. Juan Carlos Calderón Bandera















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